Recuperación de calor de los centros de datos
¿El calor disipado por los centros de datos: un desafío o una oportunidad a aprovechar?
La recuperación del calor de los centros de datos representa uno de los principales desafíos para mejorar la sostenibilidad de las infraestructuras digitales. Durante su funcionamiento, los centros de datos generan grandes cantidades de calor, que a menudo se disipa en el ambiente mediante sistemas de enfriamiento tradicionales. Sin embargo, con los avances tecnológicos, este calor puede transformarse de residuo a recurso, abriendo nuevas oportunidades para el sector. Considerando que los centros de datos son responsables del 1 % de la demanda energética global, con un consumo anual de 200 TWh, y que el tráfico de datos crece un 61 % cada año, la eficiencia energética y la reducción de emisiones se vuelven imperativas. Actualmente, estas estructuras contribuyen con 191,4 millones de toneladas de emisiones de CO2, destacando la necesidad de soluciones innovadoras como la recuperación de calor.
Fabio Poletto, director general de HiRef, subraya cómo HiRef está enfrentando el desafío de la recuperación de calor en los centros de datos mediante soluciones innovadoras y sostenibles, basadas en la optimización de la gestión de temperaturas. Los centros de datos, conocidos por su alto consumo energético y la disipación de calor, generan temperaturas que oscilan entre los 20 y los 55 °C, consideradas bajas para muchas aplicaciones industriales.
Los sistemas de compartimentación entre los pasillos calientes y fríos en las salas de datos y la constante mejora tecnológica de los servidores están elevando progresivamente las temperaturas operativas. Actualmente, con la llegada de la refrigeración líquida y las aplicaciones de alta densidad de potencia de cálculo asociadas a la inteligencia artificial, las temperaturas de trabajo pueden aumentar aún más, pero siguen siendo poco adecuadas para el aprovechamiento directo en la mayoría de las aplicaciones industriales, civiles y residenciales.
HiRef ha desarrollado y continúa desarrollando productos diseñados para optimizar el uso racional de la energía y valorizar el calor que de otro modo se desperdiciaría. Ejemplos de ello son las bombas de calor de alta y altísima temperatura, como los modelos XVA y KVW, que permiten aprovechar el calor de baja temperatura de los centros de datos, elevando su nivel térmico hasta alcanzar valores útiles para la comunidad.
Las bombas de calor de HiRef utilizan refrigerantes de bajo impacto ambiental y pueden elevar el calor hasta los 90 °C. Esto las hace ideales para alimentar redes de calefacción urbana, estructuras residenciales y procesos industriales como la calefacción de edificios o el secado de productos alimenticios. Estas tecnologías responden a la creciente necesidad del mercado de mejorar la eficiencia energética y reducir las emisiones de CO2.
HiRef se compromete a adoptar sistemas que no solo optimicen el consumo energético de los centros de datos, sino que los conviertan en verdaderos proveedores de energía térmica. El calor puede utilizarse en aplicaciones cercanas a las infraestructuras de TI, como hospitales, centros deportivos, o integrarse en un concepto de "Energy Loop District", creando un sistema energético más circular y sostenible, donde el calor no se disipa, sino que se reintegra en el ciclo energético.
Poletto subraya que el calor ya no puede considerarse un residuo a eliminar. "Ya no podemos permitirnos tratar el calor como un desecho", afirma. "Es un recurso que puede utilizarse de manera eficiente para calentar edificios, alimentar procesos industriales y contribuir a la descarbonización del sistema industrial, avanzando hacia un futuro más sostenible, especialmente cuando hablamos de centros de datos cuyo impacto en el consumo eléctrico es realmente significativo."
Esta visión no se limita solo a la tecnología. El marco regulatorio también está comenzando a cambiar, favoreciendo la integración de los centros de datos en las redes energéticas. Algunos países, como Finlandia y Noruega, ya han introducido normativas que incentivan el uso del calor generado por los centros de datos para alimentar redes de calefacción urbana y otras infraestructuras urbanas. Estas regulaciones podrían pronto extenderse a otros países europeos, fomentando un modelo de energía distribuida que aproveche el calor recuperado como recurso primario.
El mundo de los centros de datos no puede guiarse únicamente por indicadores energéticos como el PUE (Power Usage Effectiveness), que solo considera la eficiencia interna del consumo energético de los centros de datos. Es crucial evaluar la introducción de nuevos indicadores, como el ERE (Energy Reuse Effectiveness) y el ERF (Energy Reuse Factor), que tienen en cuenta el calor recuperado y reutilizado, ofreciendo una visión más completa de la sostenibilidad de las infraestructuras.
Este enfoque abre el camino a un modelo de negocio adicional para el sector de los centros de datos, donde la recuperación y reutilización del calor se vuelven centrales. No se trata solo de reducir el impacto ambiental, sino de transformar los centros de datos en actores clave de la transición energética, integrándolos en las infraestructuras urbanas y aprovechando su potencial para crear una red energética más sostenible e innovadora.